Son muchas las bodegas que venden vino sin etiquetar para su venta comercial, aunque su producción es limitada y su distribución escasa, podemos ahorrarnos unos eurillos disfrutando de nuestro vino favorito simplemente porque le falta el traje. Si buscas una marca concreta de vino sin etiqueta te será difícil encontrarla en la web, puesto que no es habitual encontrar el producto con su nombre. En Dicomar, tenemos una excelente relación con las bodegas con las que trabajamos, por lo que estamos en disposición de acercarte el vino sin etiqueta de las marcas más relevantes al mejor precio online.
¿Por qué existe el vino sin etiqueta comercial para venta?
Las botellas de vino sin etiqueta comercial responden a una cuestión de conveniencia o rentabilidad de las bodegas, que pueden verse limitadas por los costes asumibles para el negocio o por las restricciones impuestas por cada Denominación de Origen.
Más allá de los gastos evidentes que supone el propio cultivo de la vid y la producción de vino, el hecho de poner a la venta un producto cualquiera conlleva unos costes de comercialización (en el caso del vino, los costes dependen de la cantidad de litros o botellas que la bodega desee comercializar). Algunas bodegas deciden vender parte de su producción en botellas de vino sin etiqueta comercial porque, en un momento dado, no les interesa incrementar las cifras de comercialización de ninguna de sus marcas. En este caso, la bodega puede vender su vino sin etiqueta comercial que lo identifique, es decir, nos encontraremos la botella de vino sin etiqueta de la denominación de origen ni de la marca, encerrando así en botellas anónimas grandes y reconocidos vinos que bajo el sello del consejo regulador son albariños, crianzas de Rioja, e incluso reservas. Pero no pueden llamarles de este modo si no han sido certificados como tal.
Otro motivo común por el que se vende vino sin etiquetar para venta comercial es por las limitaciones que imponen los consejos reguladores de las denominaciones de origen. Para cada Denominación de Origen existen unas normas a las que deben acogerse todas las bodegas que deseen etiquetar su vino con tal reconocimiento. Es decir, para que un vino sea Denominación de Origen Rioja, Navarra o Ribera de Duero, debe cumplir con estándares establecidos en el modo de producción, porcentajes en cuanto a la variedad de la uva, tiempos de barrica, etc.
No todos los mostos de la bodega tienen por qué adaptarse por completo a las exigencias de su consejo regulador, así que existen vinos que pueden etiquetarse con la marca de la bodega, pero carecerán de la etiqueta de la denominación de origen.
Pertenecer a una denominación de origen tiene también un coste que será mayor o menor en función de la cantidad de vino que se desee etiquetar con esta certificación, por lo que puede que la bodega, aun adaptando toda su producción a las normas del organismo pertinente decida vender parte del vino sin etiquetar.
Por último, nos encontramos con el excedente de las bodegas. El excedente, en vino, es la cantidad de vino que sobrepasa los límites de venta impuestos por el Consejo Regulador. Por cada Denominación de Origen no pueden existir en el mercado más botellas o litros de los que fija su Consejo Regulador, por lo que este organismo, asigna a cada bodega un número máximo de litros comercializables con su sello. Este número se estima en base a una serie de criterios como la capacidad de la bodega, la cantidad de hectáreas de viñedo que trabaja, y, por supuesto, un determinado importe económico que la marca debe satisfacer para certificar con la denominación de origen su producción.
¿Qué significa todo esto? Que, de nuevo, si la bodega produce más vino del que le está permitido comercializar bajo una denominación de origen concreta, venderá este vino sin etiquetar. Al menos, sin la etiqueta de la denominación de origen porque etiqueta de marca deben llevar todos en su corcho o en el vidrio que lo guarda.
¿En qué se diferencia el vino sin etiqueta comercial del que sí la tiene?
Como hemos visto, la venta de vino sin etiquetar para venta puede deberse a una cuestión de rentabilidad de la bodega por los costes de comercialización, del etiquetado de la denominación de origen o de las limitaciones normativas que existen en el sector. Esto se traduce en que la única diferencia objetiva entre un vino sin etiqueta comercial y otro con etiqueta comercial es el precio. Y, claro, está, la apariencia de la botella.
La calidad del vino sin etiqueta comercial puede ser la misma que el que la bodega vende como suyo (en la mayoría de los casos, es el mismo), o incluso puede ser un vino mejor. El proceso de producción o el coupage puede ser distinto al que permite la denominación de origen y esto no implica que sea peor.
La cuestión es que entre el vino sin etiquetar podemos encontrar grandes vinos a un precio más barato, que, si quizá no es lo más adecuado para hacer un regalo o cumplir con un compromiso, nos pueden hacer disfrutar en grande de nuestras marcas favoritas.
En Dicomar encontrarás la mejor selección de vinos, también sin etiqueta comercial, desde el vino de 12 meses de barrica sin etiquetar hasta el típico estilo gallego de vino blanco de las Rías Baixas. Destacamos, sobre todo, el vino de La Rioja sin etiquetar (como el de Bodegas Muriel). Son muchas las marcas que ponen su excedente a nuestra disposición para que puedas comprar Rioja sin etiqueta de forma fácil y rápida, y como siempre, al mejor precio online.