Demetrio Terradillas inició esta aventura de Urbitarte en 1991, de la mano Itziar Irastorza, su mujer. Con 5 barriles y sin presa de manzana, lanzaron una primera producción de 16.000 litros. Poco después, estos elaboradores de sidra vasca adquirieron su propia prensa, y empezaron a demostrar al mundo su particular manera de entender el zumo de manzana.
Entre sus innovaciones estuvo el lavado de las manzanas, en el que fueron pioneros, aunque según Demetrio “ahora ya lo hace todo el mundo”. Hoy en día, un segundo cribado permite retirar las manzanas que no están en perfecto estado y lo que resta de hojarasca. Esto no lo hace todo el mundo, pero así el zumo seleccionado para la fermentación “es mucho mejor” afirma el hostelero en nuestra visita.
Demetrio Terradillos ha hecho de su sidrería guipuzcoana un referente por la elaboración de una sidra poco habitual, pues en Urbitarte sienten las manzanas como el viticultor siente sus uvas. De este modo, entre sus “hijos” podemos encontrar tanto la sidra más tradicional, como algunos experimentos que dan mucho que hablar en el sector y sorprenden al consumidor: una sidra achampanada de burbuja tan fina y sutil que bien podría pasar desapercibida, una sidra que podríamos confundir con un blanco chardonnay, otra sidra natural con una evolución muy original, aportada por la crianza en barrica de roble francés...