Una casa con historia y carácter
Con una historia que se remonta a 1818, Billecart-Salmon es una de las bodegas más emblemáticas de la Champaña. En manos de la misma familia desde hace más de dos siglos, su compromiso con la calidad y la excelencia sigue siendo innegociable.
Este champagne brut rosado es uno de los grandes símbolos de la casa. Imagina un vino rosado pálido y brillante, con sabor a fruta fresca y una estructura que refleja el carácter del terruño: acidez vibrante, trago largo y un recuerdo sutil que evoluciona en boca. Convierte ese vino en un champagne y te encontrarás con el Billecart-Salmon Brut Rosé: burbuja finísima, suavidad y un final aframbuesado que lo hace inconfundible.
El renacer de un clásico
Durante años, este rosé fue considerado un champagne secundario, pero en 1970 Jean Roland Billecart lo recuperó y lo convirtió en uno de los emblemas de la maison. Las frutas rojas se mezclan con toques cítricos y ligeramente tostados, ofreciendo una elegancia que conquista a todo amante del champagne.
Vinificación cuidada al detalle
La frescura y expresividad del Billecart-Salmon Rosé se consiguen gracias a una tecnología puntera basada en el trabajo en frío, combinada con más de 200 años de experiencia en vinificación.
Cada variedad se fermenta por separado en depósitos de acero inoxidable tras un meticuloso proceso de desfangado. La fermentación maloláctica se controla con precisión para conservar los aromas más delicados. Después, el vino pasa una segunda fermentación en botella y permanece al menos 36 meses en las tradicionales cuevas de tiza de la bodega, donde desarrolla todos sus matices.
Maridaje: desde el aperitivo hasta el postre
Perfecto para acompañar aperitivos y pescados grasos como el salmón, el atún o el sushi. Este champagne se integra con platos salados, pero también funciona de maravilla con postres de frutas. Fresco, elegante y con un final afrutado, es un comodín para cualquier ocasión especial.
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