Sumilleres, responsables de vinotecas, periodistas nacionales e internacionales... ¡y DICOMAR!
El equipo de Dicomar arrancó la primavera asistiendo al encuentro que tuvo lugar el lunes en el Barrio de la Estación de Haro. Esta primera edición del llamado Barrio de la Estación International Wine Encounters I: Bordeaux (BEIWE), aglutinó a 500 profesionales del sector vitivinícola. ¡La convocatoria colgó el cartel de “Aforo completo” con nosotros dentro!
Esta primera edición pretende unir grandes regiones vitivinícolas del mundo con Haro y las bodegas del Barrio de la Estación, historia y orígenes del gran vino de Rioja.
Medio millar de amantes del vino bajo la misma bóveda, catando, conociéndose, hablando en el idioma universal del que todos vivimos… un lujo cargado de posibilidades de sinergias y descubrimientos.
El día nos recibió lluvioso, pero no nos importó empaparnos de los vinos de Bodegas Bilbaínas (Viña Pomal), CVNE, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, S.A., Bodegas Muga y Bodegas RODA, las seis bodegas riojanas que participaron en el evento. Como guinda del pastel, la Asociación de bodegas acogió en este evento a una región invitada, y no podría haber elegido mejor acompañante para su primera gala… ¡Burdeos! Seis de los más reputados châteaux bordeleses representaron al terruño francés por excelencia, conviviendo con seis de las mejores bodegas riojanas en una jornada única para deleite de todos los asistentes.
Nuestras conclusiones
De entre todos los vinos que nos dio tiempo a probar, nos sorprendió gratamente la selección de merlot y cabernet franc de la añada 2011 ofrecida por Château Canon 2011, de Saint-Émilion, un vino redondo, sabroso, con la madera perfectamente integrada pese a su largo envejecimiento, y con un coupage diferente al que solemos probar en los merlot españoles. El toque dulce, como de grosella, con el aroma a cuero avainillado es característico de esta región.
Entre los “nuestros” no pasó desapercibido Torre Muga, un exponente delicioso de la predominancia riojana de la uva tempranillo, en este caso, con un poco de mazuelo y graciano para suavizar la acidez de la tinta fina. Bodegas Muga se atreve con este coupage a mostrarnos el resultado de una fermentación espontánea, sin control de temperatura y en depósitos de madera, obteniendo tras una crianza de 18 meses un vino denso y elegante, persistente pero amable, que recupera el color púrpura más emblemático de la Rioja Alta.
No podía faltar, ¡cómo no! La mención destacada a nuestra estrella: ¡Gómez Cruzado! pero dejamos en esta ocasión de hablar de su maravillosa garnacha en el vino Pancrudo, o de su inclasificable Cerro las Cuevas, para centrarnos en un blanco sin igual. Rara vez (por no decir ninguna) hemos probado la jugosidad y el equilibrio entre uvas blancas que nos regala Montes Obarenes. La cata vertical de este blanco de guarda a la pudimos asistir en el BEIWE nos permitió probar su evolución en las añadas de 2013 a 2018. Sus matices son distintos, pero la esencia no cambia: fruta (más presente en estos últimos años) y el toque de madera que le aportan sus 12 meses de barrica nueva de roble (80% en barrica de Roble, 20% en huevo de hormigón). El sello de Gómez Cruzado está presente en su redondez, como entra y sale de la boca, y en la firme pero sutil huella que deja a su paso.
Desde nuestra modesta perspectiva: un blanco que no es más caro y aclamado porque no es más conocido.
Sobre el Barrio de la Estación de Haro
El Barrio de la Estación de Haro congrega la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. Generación tras generación, estas bodegas evolucionan compartiendo la historia más antigua del vino de Rioja con la arquitectura y tecnología más moderna para la elaboración del vino.
Su historia se remonta al siglo XIX, cuando se instaura el ferrocarril como medio de transporte de mercancías. Como circunstancia añadida, en torno a 1860, el odium y la filoxera echan a perder los viñedos franceses y los bodegueros del país vecino comienzan a venir a La Rioja en busca de vinos que sustituyan sus cosechas perdidas. En estas circunstancias, las bodegas de la Rioja Alta comienzan a instalar en el eje de las vías del tren sus centros de exportación, y se constituye, poco a poco, el Barrio de la Estación de Haro como centro neurálgico de las relaciones comerciales entre La Rioja y Francia. Hoy son siete las bodegas que conforman este barrio en la ciudad que muchos apodan “la capital del vino de Rioja”.
- 1877 R. López de Heredia.
- 1879 CVNE.
- 1886 Bodegas Gómez Cruzado.
- 1890 Bodegas La Rioja Alta, S.A.
- 1901 Bodegas Bilbaínas.
- 1932 Bodegas Muga.
- 1987 Bodegas Roda.
La Cata del Barrio de la Estación, una secuela abierta al público del encuentro que disfrutamos el pasado lunes los profesionales, es una cita imprescindible para el aficionado al vino. Es aclamada por la crítica nacional e internacional y recibe año tras año varios premios a la Mejor Experiencia Enoturística del año.
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