Cerro las Cuevas es uno de esos vinos difíciles de vender. Es difícil de contar y difícil de clasificar. Todo el mundo entiende el vino reserva o el crianza de Gómez Cruzado, pero Cerro las Cuevas no pertenece a ninguna de las afamadas etiquetas en las que se divide la mayoría de la denominación de origen Rioja.
Este mosto es resultado de la perfecta combinación de un montón de factores. Vasos de 90 años, fundamentalmente de tempranillo, con presencia de graciano, mazuelo y garnacha, suelos muy pobres, calizos y especiales, la complicidad del clima, y el trabajo arduo. La Rioja en su estado más puro, con las técnicas de producción más modernas. Todo ello, en maridaje con la experiencia y el carácter de Gómez Cruzado, dan como resultado Cerro Las Cuevas.
Un vino elástico y naif, pero con muchas cosas dentro. Frutal, pero muy complejo y pleno, equilibrado en todo, pulido y elegante. Un trago que nos emociona en el que se unen conceptos modernos de vitivinicultura... con el buen hacer de los antepasados. Para Luis Gutiérrez, crítico de Robert Parker, Cerro las Cuevas recoge el testigo de Pancrudo manteniendo bien alto el nivel de esta bodega.
Nosotros lo describimos como un vino tinto de Rioja curioso, distinto, profundamente armonioso, complejo, delicioso. Como decíamos al principio, Gómez Cruzado hace con este un vino difícil de vender, fácil de beber, imposible de olvidar.