Listado de productos de la marca Dominio Do Bibei
Hace unos 20 años algunos jóvenes enólogos del interior de Galicia quisieron rebelarse contra el predomino de los vinos blancos en el noroeste de España y constituyeron Dominio Do Bibei.
La construcción de la bodega se planteó desde un punto de vista completamente romántico. Los jóvenes gallegos quisieron integrarla en la naturaleza y dar protagonismo al paisaje, por lo que construyeron varios pequeños edificios que recorren de forma escalonada la pendiente del terruño. Una zona que a lo largo de la historia ha sido labrada por las distintas civilizaciones. Se dice que los romanos que explotaron los yacimientos de oro de estas tierras fueron también los primeros en cultivar en ellas la vid.
Dominio Do Bibei se caracteriza por cultivar la uva autóctona en estos terrenos completamente verticales, en profundos valles de laderas escarpadas y desfiladeros del río. Lejos de la civilización, del ruido, de la contaminación de la industria, en esta zona la vendimia se convierte en un trabajo peliagudo, casi heroico.
En general, una apuesta ganadora, desconocida para muchos, que nos ofrece sabores y sensaciones muy diferentes a lo habitual, sin demasiada complejidad.
Una amplia variedad de suelos produce una amplia variedad de mostos. Desde la roca granitica al terreno arcilloso, Dominio Do Bibei combina todos ellos para manifestar la personalidad del terruño en todos sus vinos, entre los que predominan los coupage de variedades autóctonas en contraste con los monovarietales blancos que imperan en la zona. La bodega quiso respetar la perspectiva de los antiguos viticultores de la Ribeira Sacra y jugar con las posibilidades de uvas casi abandonadas como: Mencía, Brancellao, Mouratón, Garnacha tintorera, Sousón, Caiño, Gran negro o “Vella da Caxata” para las tintas y Albariño, Doña blanca, Colagadeira, Treixadura y Torrontés para las blancas.
La peculiaridad de la orografía permite el buen desarrollo de todas ellas, ya que en un espacio muy limitado de tierra, tenemos hasta 500 metros de diferencia entre alturas. La pendiente natural de las laderas consigue, por efecto de la gravedad, el trasiego sin estrés de la uva, el mosto y el vino.
Todas estas condiciones se traducen en unos vinos minerales, elegantes y muy frescos, entre los que encontramos joyas como Lalama, Lacima y Lapola. Vinos elegantes y distintos, con una madera ligera gracias al uso de barricas viejas y mucha personalidad.