La bodega Pago de Capellanes debe su nombre a la historia del pago en el que se ubica, en Pedrosa de Duero, Burgos. Los viñedos de este municipio, corazón de la DO Ribera de Duero, perteneció a los capellanes del pueblo antes de ser propiedad de la familia Rodero-Villa.
Allá por el siglo XIV, los capellanes ofrecían misas a cambio de pequeñas parcelas de terreno. En 1855, con la desamortización de Mendizábal (1855), estas pequeñas parcelas que ya se habían convertido en un extenso pago, fueron devueltas al pueblo.
Doroteo Rodero, junto con su hijo Paco Rodero, cuidaban los viñedos familiares y proveían con sus uvas a algunas grandes bodegas de la Ribera. Algunos años después, Paco Rodero y su mujer, Conchita Villa, cumplieron el sueño de construir su propio proyecto bodeguero, para el que llevan elaborando vinos más de 20 años...