Gómez Cruzado es una bodega pequeña, pero centenaria; modesta, pero elegante, sencilla, pero atrevida en sus recetas y moderna en sus procesos. Este crianza es su máximo exponente, y es un buen ejemplo para conocer por qué su nombre resuena cada vez más en el panorama nacional e internacional.
Gómez Cruzado trabaja con tres tipos de suelo que aportan su personalidad a cada viñedo: el curso bajo del Najerilla ofrece un suelo aluvial, arcilloso y reciente; el alto Najerilla nos deja un suelo arcillo-ferroso; y la falda de la Sierra de Cantabria se caracteriza por un suelo calcáreo. Para elaborar este crianza magnum se recogen uvas de los tres terruños, de variedad tempranillo mayoritariamente, aportando la garnacha un 20% de dulzor y frescura que equilibra perfectamente la acidez.
Tras una cuidada selección de las uvas que componen Gómez Cruzado Crianza, el fruto de la vid se somete a 3 días de maceración prefermentativa en frío, para después realizar remontados diarios durante su fermentación en depósitos de acero inoxidable. Posteriormente, el mosto descansa 12 meses en barricas de roble americano y francés, de tostado suave, donde obtiene un sutil regusto a madera que le otorga su persistencia sin provocar astringencia.
La botella magnum es una buena elección para degustar este vino en comidas familiares o con amigos, pues Gómez Cruzado nos deja un vino sedoso y gustoso, muy afrutado, redondo pero con carácter, y al mismo tiempo muy fácil de beber. Este crianza suele gustar mucho al aficionado y satisfacer a todos los presentes.
Para nosotros, uno de los crianzas del momento, hecho con mimo, y del que no nos cansamos...